Thursday, October 3, 2013

Trayectoria de los disturbios campesinos


Trayectoria de  los disturbios campesinos de ayer y hoy

La trayectoria de los disturbios campesinos que tuvieron lugar en palestina entre  los años 27 a.C y el año 180 d.C.,  durante el periodo de ocupación impuesto por el imperio romano y denominado como la pax romana, se nos presenta a la luz del estudio acerca de las revueltas políticas de Robert Gurr, desde donde se abordan dichos fenómenos basándose en algunos tipos de aproximamientos que intentan dar una explicación al por qué de los mismos. Así, el primer aproximamiento de Gurr que nos presenta Crossan es el de la distinción de tres clases y/o niveles básicos de violencia política. Dentro de estos niveles el primero es el de los disturbios, caracterizados por espontaneidad, desorden y una amplia participación de parte del pueblo, conduciendo a enfrentamientos, huelgas y rebeliones plenamente identificables. En segundo lugar se encuentran las denominadas conspiraciones, distinguibles gracias a su mayor nivel de organización, límite de involucrados  y además al cometimiento de asesinatos políticos y guerra de guerrillas a pequeña escala. Y por último aparecen las guerras intestinas, en las cuales hay un gran grado de organización, vinculación popular, guerra de guerrillas, revoluciones y violencia general a gran escala y con el fin de derrocar algún régimen. 

De esa manera y bajo ese mismo orden, se compara la historia por la cual pasaron y se desarrollaron las manifestaciones palestinos de la época; empezando con disturbios, pasando por conspiraciones y desembocando en una guerra intesta con todas las implicaciones que esto acarrea en cuanto a participación y cursos de acción. De manera similar podríamos analizar y abordar los presentes acontecimientos que tienen como protagonistas a los campesinos de Colombia, especialmente los que se dedican a los cultivos de tierra fría y a los productores de lácteos. Aunque distinguidos y enmarcados por una época muy distinta y distante, las manifestaciones y revueltas campesinas que han tenido lugar últimamente en algunas regiones de  Colombia tienen factores en común con la situación o situaciones que llevaron a los disturbios y oposiciones frente al gobierno de turno. Ambos comparten la etiqueta de disturbios ya que las manifestaciones colombianas comparten todas las características anteriormente mencionadas que poseen los disturbios y que poseían también las manifestaciones palestinas en sus inicios.

 


En segundo lugar vale la pena resaltar que otra cosa en común entre los disturbios palestinos de esa época y los actuales de Colombia, es la motivación, la causa real que provocó y que ha provocado tales reacciones por parte del campesinado. Para Crossan, la explicación de la causa real de los disturbios campesinos de Palestina, fue lo que Gurr denominó como una privación por decremento; es decir, la sensación de privación  que un pueblo o grupo determinado tiene producto de la disminución en cuanto a los bienes y condiciones que éstos consideran que pueden conseguir y conservar. De este modo, los campesinos palestinos al igual que los colombianos se encuentran en una situación en la cual se están viendo forzados a dejar o abandonar un estilo de vida al que siempre han estado acostumbrados y que consideran digno y sostenible gracias a su propio trabajo. Los campesinos cuyas tierras estaban bajo la ocupación del imperio romano, se vieron empujados de un nivel de lo que hoy llamaríamos pobreza, hacía un nivel de total indigencia que para ellos no era algo tolerable debido a la conciencia que tenían acerca de sus capacidades. Igualmente, aunque en la actualidad y en otra época, los campesinos colombianos están siendo forzados poco a poco y con disimulo,  a abandonar el estilo de vida al que se han acostumbrado gracias a lo que su trabajo les da, por un estilo de vida el cual no les parece ni digno ni justo siendo ellos alguien que le aporta tanto a la actual y globalizada sociedad; sociedad que irónicamente es la causante de su malestar e inconformidad.




Para finalizar, simplemente quisiera aportar mis percepciones acerca de lo que he podido percibir y evidenciar en estos días en los que la situación del campesinado colombiano se asemeja mucho a la de épocas anteriores y culturas distintas como la de Palestina durante la ocupación romana. Y es que, aunque no parezca, la historia se repite una y otra vez sin que nos demos cuenta y esto es soportable sí lo miramos y comparamos partiendo de la idea de que ambas regiones, Colombia y Palestina, estaban bajo un régimen impuesto desde afuera y el cual siempre deja más perdedores y pobres que ganadores y ricos. Así, mientras para Palestina lo fue el imperio romano, para Colombia el imperio de turno y dominante es el libre comercio y la globalización; Imperio que a diferencia del romano no suele imponerse por la fuerza de una manera tan directa, pues está camuflado y escondido bajo cortinas de humo y mentiras tal y como lo son la “democracia” y el concepto de “desarrollo”. Conceptos que no son usados ni para el bien ni para ayudar y favorecer a los más necesitados, tal y como lo sostienen los grandes y poderosos y violentos  imperios (Estados Unidos y la Unión Europea)  promotores de este estilo de vida globalizado.  Por el contrario, bajo estas premisas es que pretenden enriquecerse cada vez más a la vez que empobrecen a aquel que está trabajando para ellos. Pero los responsables, al igual que en Palestina, no son única y exclusivamente los grandes imperios. Los responsables también son esos sectores pertenecientes a las clases mejor acomodadas y gobernantes del país, a quienes no les importa el bienestar colectivo y de sus compatriotas siempre y cuando ellos se vean beneficiados económica y socialmente de la situación injusta que impone el imperio que los está ocupando.



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